martes, 28 de febrero de 2012

Wang Shu por Alejandro Aravena


plataformaarquitectura tuvo la oportunidad de entrevistar al arquitecto chileno Alejandro Aravena, jurado del Premio Pritzker desde el 2009, y nos cuenta más sobre su visión del trabajo del ganador del Premio Pritzker 2012 Wang Shu y la decisión del jurado, además de citar conversaciones con el arquitecto Chino.

Wang Shu por Alejandro Aravena


La extraordinaria arquitectura de Wang Shu puede ser consecuencia de su capacidad de combinar talento e inteligencia. Esta combinación le permite producir una obra maestra cuando el encargo requiere un monumento, pero también le permite producir una arquitectura cuidadosa y contenida cuando un monumento no viene al caso. La intensidad de su trabajo puede deberse a su relativa juventud, pero la precisión y propiedad de sus operaciones habla al mismo tiempo de una gran madurez.

Consideremos el Museo Histórico de Ningbo por ejemplo: es de una potencia que merece sin duda alguna ser llamado una obra maestra. Uno no visita el edificio; uno es “golpeado” por el edificio. Recuerdo haber sentido algo así pocas veces en la vida, como cuando visité el Parlamento de Kahn en Bangladesh o su Instituto Indio de Administración en Ahmedabad. Ser “golpeado” por un edificio pasa rara vez en arquitectura porque ese tipo de experiencia pertenece más bien al campo de la música o el cine, donde la experiencia de una obra puede emocionar al punto de modificar el estado de animo en un sentido profundamente positivo. Lamentablemente nada de esto puede ser transmitido por las fotografías.

Luego está el uso distintivo que hace de materiales de descarte que provienen de otras construcciones. Esa técnica no sólo tiene sentido en términos de sustentabilidad, sino que introduce una cierta “historia” en la construcción al darle al muro una especie de “sobredosis de tiempo” sin tener que esperar al envejecimiento. Además transforma cada parte del edificio en un evento único e irrepetible porque cada cm2 es distinto al otro. Esta variación dentro de la unidad, no sólo tiene un valor estético, sino que permite absorber los errores de construcción que una mano de obra no calificada puede producir en un volumen de gran tamaño. Idealismo y pragmatismo se sintetizan así en una única operación.

Sobre esta técnica constructiva, el dijo que estaba recuperando una tradición que estaba desapareciendo, la cual consistía en usar materiales sobrantes de desastres naturales como terremotos o tifones, colocando ladrillos, tejas o piedras, capa sobre capa para reparar una grieta o cubrir un hoyo. El “sólo” llevó el sistema a una escala distinta, a la escala de todo el edificio. La importancia de recuperar esta técnica es pragmática, histórica y cultural. El dijo que creía que la arquitectura era un trabajo colaborativo. Al emplear gente que dominaba un saber que él no tenía, se establecía un diálogo creativo durante la construcción, un proceso de aprendizaje y enseñanza mutua al cual cada uno contribuía con su propio conocimiento: el, en cuanto arquitecto del proyecto, les proponía a los trabajadores cosas que ellos no sabían, pero cuando iba a la obra, los trabajadores le enseñaban cosas que él no sabía.

Esto lleva al debate sobre el control creativo de la obra. El dijo que estaba buscando la precisión del sentimiento más que la perfección de la construcción; que él creía que el edificio tenía un sentimiento preciso. Esto es algo que hay que concederle porque si hay algo meridianamente claro en su trabajo, es su capacidad de producir una obra potente, que opera incluso a nivel de las emociones.

Por otra parte, está la Academia de Artes de Hangzhou, en la cual se debían construir unas cuanta decenas de edificios, desde pabellones hasta dormitorios, desde salas de clases hasta edificios administrativos, todos en un plazo relativamente corto. La pregunta era aquí por la capacidad de producir el tejido medio de la ciudad. Wang Shu fue capaz de escapar al riesgo de la monotonía que un encargo de esta escala podría haber generado, sin sobreactuar innecesariamente cada pieza; logró equilibrar la individualidad de cada elemento con la capacidad de pertenecer a un conjunto. Al mismo tiempo fue capaz de evitar la eventual mediocridad y disolución de la calidad que puede ocurrir en un proyecto tan masivo, por medio de introducir en la totalidad de la operación una cierta contención. Finalmente es evidente que fue capaz de entender que a esta escala, no se trata sólo de los edificios sino también del espacio entre ellos. La vitalidad del complejo, inundado de vida estudiantil, es la prueba inequívoca del éxito y propiedad de la estrategia adoptada.

Todo esto hace que su trabajo sea a la vez alentador e inquietante. La condición extraordinaria de su arquitectura fue alcanzada usando materiales ordinarios universalmente disponibles, con mano de obra poco calificada, trabajando con presupuestos ajustados, casi poco tiempo para construir y para proyectar y con una oficina pequeña. La mayoría de los arquitectos del mundo debe encontrar éstas condiciones familiares y similares a sus propias circunstancias. En ese sentido es alentador porque hace pensar que cada uno también podría hacerlo; ofrece una especie de esperanza y optimismo para todos los arquitectos que también deben producir un entorno construido de calidad trabajando en medio y condiciones adversas. Pero esto mismo hace su trabajo inquietante, porque edificios extraordinarios fueron hechos con medios ordinarios. En esta dualidad yace el potencial de transformarse en un referente, porque para que ello ocurra, se necesita alguien suficientemente cercano para que la gente se pueda indentificar con él, pero a la vez alguien suficientemente lejano para que represente un desafío. Wang Shu es un ejemplo notable que muestra que para hacer la diferencia, lo que se necesita es formular la pregunta de manera correcta, entender e integrar las restricciones de un problema (y no sólo reclamar de ellas) y elegir las operaciones apropiadas para trascender las dificultades. La belleza de todo esto, es que el lo hace aparecer algo fácil sencillo, con la naturalidad propia de la gran arquitectura.

La arquitectura de Wang Shu ha sido capaz de sintetizar además el debate entre lo local y lo global. Ha logrado probar que ellos no tiene por qué ser términos excluyentes. Sus obras están fuertemente enraizadas en su contexto cultural, económico, ambiental y estético; y sin embargo es capaz de producir una obra de alcance universal. Sobre su relación con el lugar, el dijo que su aproximación consistía en prestar una atención cuidadosa al contexto, a las circunstancias y restricciones. En ese sentido, el empleo de una cierta técnica constructiva está íntimamente ligado a lo local. Si el tuviera que trabajar en otro lugar, el destinaría un tiempo para entender esas condiciones del nuevo lugar y poder así proponer una estrategia ad-hoc. Esto revela que su aproximación está lejos de ser nostálgica o romántica, sino es más bien pragmática y sensible. Y como consecuencia de ello, su arquitectura es pertinente, viene al caso.

Lo mismo ocurre respecto de la historia; su trabajo está fuertemente enraizado en la tradición, sea ésta la de los constructores o la de las personas que habitarán sus proyectos. Y sin embargo, al mismo tiempo, es capaz de producir no sólo edificios extraordinariamente contemporáneos, sino que, como toda gran arquitectura es capaz de trascender hacia un cierto nivel de atemporalidad.

Sobre Alejandro Aravena

Nace en Chile en 1967, abre su oficina luego de graduarse como arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Santiago en 1992. Ha desarrollado su trabajo principalmente en el área institucional y edificios públicos, como las Torres Siamesas, las escuelas de Medicina, Arquitectura y Matemáticas de la Universidad Católica, y el nuevo edificio de residencias y comedor para la St Edward’s University en Austin, Texas.

Es uno de los fundadores y actualmente Director Ejecutivo de Elemental, un “Do Tank” que opera sobre proyectos de vivienda social, espacios públicos, infraestructura y transport. Elemental es apoyado por la Universidad Católica y Copec.

Aravena ha sido profesor visitante de la Graduate School of Design de Harvard, y es el profesor de la cátedra Elemental de la Universidad Católica.

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Museo de Historia en Ningbo / Wang Shu, Amateur Architecture Studio



















El fotógrafo de arquitectura Iwan Baan compartió con nosotros este set de fotos del Museo Histórico de Ningbo, una de las ciudades más antiguas de China. Una monolitica intervención diseñada por el arquitecto Ganador del Pritzker 2012 Wang Shu de Amateur Architecture Studio.

La extraordinaria arquitectura de Wang Shu puede ser consecuencia de su capacidad de combinar talento e inteligencia. Esta combinación le permite producir una obra maestra cuando el encargo requiere un monumento, pero también le permite producir una arquitectura cuidadosa y contenida cuando un monumento no viene al caso. La intensidad de su trabajo puede deberse a su relativa juventud, pero la precisión y propiedad de sus operaciones habla al mismo tiempo de una gran madurez.

Consideremos el Museo Histórico de Ningbo por ejemplo: es de una potencia que merece sin duda alguna ser llamado una obra maestra. Uno no visita el edificio; uno es “golpeado” por el edificio. Recuerdo haber sentido algo así pocas veces en la vida, como cuando visité el Parlamento de Kahn en Bangladesh o su Instituto Indio de Administración en Ahmedabad. Ser “golpeado” por un edificio pasa rara vez en arquitectura porque ese tipo de experiencia pertenece más bien al campo de la música o el cine, donde la experiencia de una obra puede emocionar al punto de modificar el estado de animo en un sentido profundamente positivo.

En Construcción: One Ocean / SOMA












Arquitectos: SOMA
Ubicación: Yeosu, Corea del Sur
Cliente: El Comité Organizador de Expo Yeosu 2012, Corea del Sur
Inicio de construcción: 2010 (finalización 2012)
Equipo: Lukas Galehr, Christoph Treberspurg, Alicia Mayer, Victorie Senesova, Alex Matl, Karin Dobbler, Kathrin Dörfler, Raimund Krenmüller
Socio local: DMP, Seúl
Representante local: Ralf Zabl
Fachada Cinética: Knippers Helbig, Stuttgart
Diseño Climático: Transsolar, München Stuttgart Nueva York
Ingeniería Estructural: ZT Brandstätter GmbH, Salzburgo
Ingeniería Estructural Fase CD: Yeon y los socios
Diseño de iluminación: Podpod, Viena
Paisaje: Loose
Diseño Climático (concurso): Jan Cremers, Stuttgart
Renders: www.isochrom.com
Todas las demás imágenes: SOMA

La construcción de One Ocean de SOMA está en marcha y su finalización esta prevista para mayo de 2012. Seleccionado como el ganador del primer premio de un concurso internacional abierto en Yeosu, Corea del Sur, el pabellón temático ha sido diseñado para incorporar el tema de la Expo “El océano viviente y la costa” y la transforma en una experiencia arquitectónica tridimensional “multi-capas”. El objetivo de la Expo es retratar el uso responsable de materiales naturales, que han sido incorporados en el diseño y los aspectos climáticos biomiméticos sostenibles de la fachada de One Ocean.

El sitio del nuevo pabellón se encuentra en un antiguo puerto industrial. Como parte de los objetivos de la exposición, la organización aspira a mejorar la calidad del agua para que pueda ser adaptado para el uso urbano de la playa, ofreciendo actividades de ocio para el público. El concepto de diseño del edificio viene de la experiencia de los océanos: “como una superficie infinita e inmersa en una profunda perspectiva” e informa al concepto de espacio y de organización del edificio. La superficie cambia la orientación de horizontal a vertical y define los espacios interiores. La evolución de los niveles de la superficie crea niveles horizontales que cubren el hall de entrada y se convierten en espacios habitables dentro de la exposición temática. El edificio tiene dos bordes, definidos por su contexto. El borde suave, hacia la costa, crea un nuevo borde sinuoso. El lado opuesto que se encuentra con la tierra, crece desde el suelo en un paisaje-cubierta que incluye senderos y jardines.

El pabellón se extiende sobre el Ocean Plaza, activando la calle hacia como entrada principal de la exposición y creando un área de espera sombreada al aire libre. Las superficies retorcidas de los conos definen el hall de entrada y los puntos de vista sobre el océano, mientras también definen nichos para los puntos de encuentro dentro de la exposición. El programa se divide en tres partes de la secuencia: pre-show, show principal y show posterior. El primero se define por dos pequeños conos con una altura de seis metros que da paso a los visitantes por primera vez, luego moviéndose al espacio principal, ellos entran a un espacio de 20 metros de altura y 1000 m2. Después del show, un espacio de post-show más íntimo conduce a la cafetería y la isla de natación en aguas abiertas donde el mar está a la vista y los visitantes pueden relajarse. Arriba, en el segundo nivel, el Área de Mejores Prácticas tendrá una sala donde instituciones podrán investigar en campos como la energía renovable y tecnología marina. Arriba, un jardín y paisaje en la azotea tiene un área de exposición donde los visitantes obtendrán una visión completa de la Expo. La rampa serpenteante lleva a los visitantes hasta el nivel del suelo mientras les proporciona vistas panorámicas.

El enfoque biomimético de la fachada cinética trata de vincular la construcción con su contexto. La fachada tiene una longitud total de 140 metros y tiene una altura variable entre 3 y 13 metros. 108 laminillas cinéticas componen la superficie y se apoyan en los bordes superior e inferior de la fachada. Las láminas están compuestos de polímeros reforzados con fibra de vidrio que les confiere una resistencia a la tracción, la rigidez de flexión y permite grandes deformaciones elásticas reversibles. La fachada cinética fue desarrollada en conjunto con Knippers Helbig Ingenieros. El objetivo era crear una piel perfectamente integrada y continua. Un enfoque biomimético fue elegido para alcanzar el suave movimiento deseado.

Las laminillas individuales son movidas por accionadores en los bordes superior e inferior de la hoja. Soma escribe que los actuadores:

…Inducen fuerzas de compresión para crear la compleja deformación elástica. Ellos reducen la distancia entre los dos cojinetes y de esta manera inducen la flexión que resulta en la rotación de lado de la lámina. El accionador de las laminillas es un eje accionado por un servomotor. Un sistema controlado por computador permite la sincronización de los accionadores. Cada lámina puede ser dirigida individualmente en una lógica específica de movimientos para mostrar diferentes coreografías y modos de operación. Motores superiores e inferiores trabajan a menudo con los requisitos opuestos de potencia (conducción – frenado). Por lo tanto la energía generada se puede alimentar nuevamente en el sistema local para ahorrar energía.

Las laminillas controlan las condiciones de iluminación con el espacio. Cuanto mayor sea la hoja, mayor será el efecto dramático en el espacio. La coreografía de estos elementos animan la fachada a lo largo de todo el edificio. La fachada añade un “movimiento de la atmósfera” y crea un “estado de ánimo” asociado con el pabellón.

A fin de reducir el consumo de energía el edificio está diseñado para ser ventilado naturalmente. Los espacios intersticiales entre los conos están orientados hacia la dirección predominante del viento. En los grandes espacios de exposición, el aire se infunde a través del primer nivel.Las láminas de control solar y cinética, serán operadas por paneles solares situados en el techo.


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Riverside Clubhouse / TAO



























Arquitectos: TAO (Trace Architecture Office) – HUA Li
Ubicación: Yancheng, Jiangsu, China
Equipo de Diseño: HUA Li, Zhang Feng
Superficie: 500 m2
Fecha: 2010
Cliente: Zhongti Corp.
Fotografías: Yao Li

El clubhouse está situado al lado de un río en Yancheng, rodeado de un parque y un campo de deportes. El horizonte se exitiende entre el cielo, el agua, la isla en medio del río; estos elementos del terreno definen un ambiente tranquilo, puro y poético.
En este entorno los arquitectos pensaron hacer una intervención cuidadosa, para no romper el sentido original del lugar y al mismo tiempo generar el contacto preciso con la naturaleza. Así, diseñaron un edificio de cristal en la orilla del río y entre los árboles, naturalmente.
El diseño, por lo tanto, se inspiró en la casa Farnsworth de Mies como concepto, generando una nueva forma a través de una serie de acciones: extensión, quiebre y plegado. Estas acciones llevaron al siguiente resultado: profundidad en las vistas, un patio interior más privado y una cubierta utilizable como extensión del paisaje.
La transparencia desmaterializa la arquitectura. La preocupación por la forma física del edificio se sustituye por la intención de fluir a través del espacio, maximizando la experiencia de los visitantes en medio del ambiente natural.
En respuesta a la horizontalidad del paisaje circundante y los árboles en el terreno, el edificio va plegando su forma lineal inicial. A través del zig-zag, el edificio a veces se aproxima al suelo, a veces flota en el aire.
Mientras tanto, en el interior, los recintos ofrecen diversos puntos de vista en diferentes niveles y ángulos; todo fluye de una manera muy ligera y sutil. El terreno permite que la estructura flote a través de esbeltas columnas sobre pilotes.
El espesor del suelo y el tamaño de las columnas se diseñaron con sus dimensiones mínimas, para enfatizar el carácter ligero de la construcción y la sensación de estar flotando.
Los materiales como el vidrio, el panel de aluminio blanco, el suelo de mármol travertino y los paneles de hormigón prefabricado se utilizan para obtener la abstracción formal y para crear la atmósfera de sencillez y pureza.

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